jueves, 22 de noviembre de 2018

Modesto Arroyo Arroyo

Escuché en alguna conversación que los juegos de azar eran pecado
Que Dios no consciente las apuestas ni las deudas. No entendía la razón y creo que desde ese momento me di cuenta que no había mucho que me gustara de Dios.
Caí en brazos de la iglesia a poco tiempo de cumplir quince años
Quize hacer mi comunión.
Quería probar la hostia y aprender los padre nuestros que todos parecian saber y  que yo no.
Pero entonces escuché los versículos
Canté salmos que hablaban del fuego en el que ardería, pecador.
Escuché también que mi madre era pecadora
Que mi familia no era bendecida por Dios.
Y es quizá en ese momento en el que le dije adios a cualquier idea que había creado de ese Dios.
¿A quien podría interesarle ser su hijo?

Verás, para ese entonces yo entendía perfecto quién era mi padre.
Yo llevaba su apellido, igual que mi mamá.
Y mi padre me había enseñado desde muy pequeña los juegos de azar
Que con su técnica, se ganaban con todo menos que con suerte.
Mi abuela lo regañaba por ganarnos los centavos que apostabamos por cada ronda
Pero los centavos se recuperaban
Los juegos se ganaban o se perdían
Pero mi abuelo perdía la vista y cada vez jugaba menos

Hace unos 20 años conocí a mi abuelo. Para llegar hasta la casa, viajaba más de 3,000 km de distancia, pero siempre llegaba con una sonrisa, con historias de un pueblo soñado. Mi abuelo siempre hablaba de su rancho, de su casa, de sus tierras y sus vacas.
Mi abuelo, parecía más fuerte cada verano.
Hasta que un día no alcanzaba a ver el siete de bastos
Hasta que el dominó ya no tenía los puntos lo suficientemente grandes para verse de noche y sólo se podían jugar de día.

Mi abuelo siempre iba a misa. Mi abuela no era tan devota. Consideraba que ir a misa era hacerle el favor al padre, no a Dios. Y regañaba a mi abuelo cuando antes de irse a misa había tomado un trago de tequila, por que hasta hoy a sus 96 años se toma una cerveza o un tequila. Y cada vez mi abuelo afirmaba que apartir de los 60 años Dios perdonan nuestros pecados. Espero vivir lo suficiente para decirselo a mis nietos. Que sepan que las leyes de Dios son laxas, que se crean y creen distintas en cada casa. Enseñarles a apostar centavos y a guardar esos recuerdos.

Hace unas noches mi madre me habló de él
De sus piecios que cuelgan de la cama
De los sueños que le despiertan aterrado
Que se ahogaba y eran Lilia y Elia los nombres que gritaba

La muerte nunca llega como dicen
No hay sorpresas
La muerte es segura
No lleva máscaras
Ni va por ahí a escondidas
La muerte es anunciada
No puede serlo de otra forma
Llega y se instala con una ola de recuerdos
Toma cualquier lugar en la cama
Se deshace de los apetitos voráces
Aniquila la sombra de todo miedo
Porque llega a tomar el lugar del miedo
Y desgarra corazones
Y transtorna
Y de pronto los járdines son panteones
Los frutos se pudren
Y no queda más qué hacer que hablar de los ayeres
¿De qué color eran su cabello?
¿Cómo zurcaban los pájaros los cielos?

lunes, 17 de septiembre de 2018

Kailani

No hay más pretexto que el de tu pulso en mi vientre
Ni mares más profundos que los que navego en la espera
De tus dos deditos envolviendo mi mundo entero
De tu boquita hecha puchero
Y la mía, contorsionada entre risa y llanto
Derretida entre tus caricias
Hecha madre
Cada vez que te acerco a mi pecho
Cada vez que pronuncio tu nombre

No hay más que decir de la vida,
Cuando se alberga en ti una vida gestante
Tampoco hay mucho más que renegarle
Cuando tu carne se ha hecho carne

Hay una eternidad entera entre una patadita y la siguiente
Y la alegría más genuina entre cada latido
Que se funden y se mezclan con los míos

No hay amor más sincero que el que te ha creado
Ni más puro que el que te entrego

Somos un solo pedazo de carne
Eres lo que le hacía falta a mi vida
Cuentos por las noches
Canciones entrando la larga madrugada
No hay mucho más que pueda decirte que no sientas ya
Todo mi amor va tejido entre cada sílaba
Eres luz, viento, mar y lluvia
Eres mía, nuestra

miércoles, 22 de agosto de 2018

Hay una razón por la cual el hombre mira a través de los colores
Misma por la cual el músico vive la vida a través del sonido
El hombre crea sentido, en donde sólo existen figuras burdas y lejanos ruidos
La creación es lo que le da sentido a la vida
En ella el hombre se encuentra de frente al tejido mismo de la realidad
Ante las finas líneas que irguen al mundo 
Y se convierte en arquitecto de su propia realidad.

domingo, 8 de julio de 2018

Semillitas de universo

Desde acá alcanzo a ver ochenta supernovas
trecientas mil galaxias

Él es un universo entero.
Hecho de la tela más negra
Entretejido por hilos de polvo de estrellas

Caer en su mirada es adentrarse al nicho de la creación
Contemplar los colores de los rincones más silentes

Caer en su mirada es comprender realidades
Aceptar que entre las dudas no existen verdades
Que sus ojos son mucho más que un horizonte

Él es la duda hecha hombre
La vida hecha imágen,
Enmarcada en un lente

Él es una taza de café en un día de neblina
Las teclas de una computadora,
A las dos de la mañana

El universo no cabría jamás entre mis manos
No habría forma,
Ni bien acomodado

Su universo se desborda por mis pechos
Hace escala en mis caderas y resbala hasta mi pelvis
Y ahí se queda

El universo va ensanchando mis caderas
Haciendo un big bang de mis emociones con sus movimientos

En mi vientre hay una vieja tela cósmica
Que gesta supernovas, galaxias

He caído por fortuna en su mirada
Y hemos forjado de las dudas esperanza
Del presente los futuros

Hemos expandido los horizontes
Creando palabras para cada sentimiento
Dando esperanza a este que es el único universo

Desde acá puedo asegurar que en las lunas de Saturno no está el amor
Está en el regreso
Donde se contempla la inmensidad del universo

Donde se cuestiona la realidad
Y se apaciguan las dudas con la posibilidad de la infinitud del universo.

domingo, 3 de junio de 2018

Desde el éter

Hay dos voces que hacen eco
Una es la de mi madre
Con las flores que nunca le he regalado ha hecho un hermoso jardín

Le da por persignarme en mis sueños
Por adentrarse tan profundo en mi psique
Que la considero, ahí, un peldaño.

Ha hecho de mis dedos puños
De mis muecas gestos
Y basta decir madre
Para tener su nudo en mi garganta

Mi pecho como extensión de su garganta
Asalta de pronto mis verdades
Y las disuelve
Haciéndo de mi voz una emboscada
A toda verdad totalizante

Hay dos voces siempre
Hechas mezcla
Confeccionadas con delicadas puntadas
Horrorizadas una de la otra
Acurrucadas siempre sobre la misma cama

Basta decir madre
Despertar de madrugada
Yo sin pistas
Ella sin duda
Me persigna sin verdades.

lunes, 9 de abril de 2018

Amor, amor.

Cuéntale al oído, que hemos sido botones de flores en otoño.
Que han azotado nuestro pétalos los vientos del invierno.
Y que la primavera le ha hecho justicia a lo hondo de nuestras raíces.

Cuéntale, que su voz ha sido el viento que acompaña las noches en las que tu aliento no alcanza a caer sobre mi espalda.
Que ya oímos sus pasos sobre las tejas de la casa.
Y que son sus risas las que hacen eco por la casa.

Cuéntale mi amor, que nos hemos hecho el uno para el otro.
Que en el camino me he hecho más mujer y más pagana.
Que te has hecho hombre sin dejar de ser niño.
Que hoy somos tan distintos,
que mañana seremos distintos.

Cuéntale con voz bajita, que nunca ha sido perfecto.
Que a veces la noche me llena los ojos de dudas.
Y que no alcanzan mis besos para regresarte de tus viajes por las lunas.

Cuéntale, que los rituales le dan valor a esta vida.
Que sus latidos ya son parte de nuestros rituales.

Cuéntale y cuéntame tus cuentos de media noche.
Los sueños que te despiertan y los que te mantienen soñador.

Cuéntale lo que le hacen las estrellas a las semillitas de girasol.

lunes, 19 de febrero de 2018

Semillita de girasol

He escrito tanto del amor, del desamor
He hablado como loca de las manías que me enamoran
De las palabras que me doblan las rodillas
Y resulta que todas se anulan
Que ninguna me termina por atrapar como el saberte
Todas las noches, con lágrimas en los ojos reviso un sin fin de cuentos, mitos, lunas y asteroides
Buscandote
Buscando la combinación perfecta que refleje todo el amor que me inunda al pensarte
Dioses y diosas
Por que en ti pongo toda mi fe
Y de pronto no me importa no tener religión, no creer en las promesas que todos añoran
Por ti, creeré por siempre en la vida
En los arroyos que nacen de los manantiales
En las praderas que caminaré con tu mano en la mía
En los bosques, en los mares
Donde tus pies caerán por primera vez sobre la tierra, madre
Donde tu grito inundará el silencio que habría parecido eterno
Donde tu cuerpo se desprenderá del mío y hará del mundo algo infinitamente más bello
Es por ti que lo creo
Es por ti que cabalgo hacia futuros certeros
Aguardando tu madrugada
Añorando mi reflejo en tu mirada
Es la primera de tantas cartas que esperarán llegar hasta tu boca
Revoloteando entre los cajones
Parpadeando en este interfaz alguna vez tan sombrío
Hoy lleno de ti
Ahora lleno de ti.

miércoles, 10 de enero de 2018

La cocina


La facilidad con la cual se inventa una historia completa en la cocina, es un don del cual las mujeres han gozado por siglos.
Mi cocina, la prefiero con luz amarilla.
Con los trastes bien acomodados
Y con un poco de música suave que acompañe a mi danza melancólica de la alquimia
Mi cocina, a veces ha sido nuestra
A veces nisiquiera ha sido mía
Y en otras ocaciones me ha hecho tanta falta tener en donde refugiar mis ganas, saber que por la tarde y por la mañana habría un momento para hacerle a mi cuerpo homenajes
De pimientos anaranjados y trozitos de carne
Del rango de dulzura entre las cebollas a fuego lento y una naranjada
Mi cuerpo es una joya
El cuerpo es, lo que se le ofrenda desde la cocina
Unos pechos deliciosos como toronjas
O piel de naranja
Entre un mundo que va demasiado de prisa
Mi cocina es un recinto sagrado
Que danza a fuego lento, que bailotea en espera de la transformación de los elementos
Mis manos y mi paladar están interconectados
Y mi cocina, mi cocina ha cambiado tantas veces, que su forma es lo de menor importancia
Siempre mantiene su temple sereno
Su calor fogozo
Siempre hay especies regadas expirando olores
Cabezas de ajo que desearía llevar como aretes o cadenas
A mi cocina la prefiero con una luz amarilla
Del sol o de las velas que alumbran las noches que he pasado en vela
De las madrugadas en las cuales crear es el único remedio en contra del insomnio
Mi cocina la prefiero mía
Sin que alguien decida si pertenezco en ella o si seguirle dedicando tiempo me convierte en una mujer que no cree en el futuro de las mujeres fuera de casa
Mi cocina la prefiero por lo que me entrega
Que es alma y a veces también alimento

jueves, 4 de enero de 2018

La pérdida.

"El amor nunca se consuma. Antes de su supuesta consumación, porque falta algo. Después, porque sobra algo y sobrar es otra manera de faltar. Y el instante de su aparente consumación no es más que un vértigo que huye, un relámpago fantasmal que superpone aproximación y alejamiento, lo lleno y lo vacío. Un punto que se borra en el momento mismo de colocarlo. Sólo queda el recuerdo de una posibilidad que pareció realizable. En consecuencia, llamamos consumación a una pérdida. Tal vez una pérdida necesaria. O quizá no"

La pérdida de tu cuerpo deslizandose por la casa es la consumación de todo el amor que se ha gestado. La pérdida de tus ganas, de tu salud, es una consumación necesaria para reafirmar que no eres un chiquillo y que aquella pérdida no era necesaria para reafirmarlo. El amor que se gesta entre nosostros es porque está en constante transformación, es todo lo que me reclamas, todo lo que me trae de regreso a tus ojos y lo que te mantiene con la pluma y los ojos sobre lienzos en blanco. Te extrañé como nunca en la cama. Extrañé tus preocupaciones, extrañé obligarnos a trabajar cinco minutos màs, extrañé cocinarnos, extrañé exigir tu presencia o que tú exigieras la mía abrazada a tu espalda. Dormí como bebé, pero desperté desconcertada, veo tus fotos en el pasillo y no quiero no ver la selección final, ni encontrar que siguen pegadas a la pared por meses más. El amor es un proceso y quiero volver a ver la primavera en tus ojos, he entendido que este es tu proceso, es un loop eterno. Quiero que lo afrontes y que no huyas cuando te des cuenta que siempre se pasa por el invierno, que se regresa a la primavera y que el ciclo no hace daño si lo reconoces como eso. Te amo con los dos o tres latidos que escucho cuando duermo sobre tu pecho, antes de platicarte mis miedos, antes que me expliques que no son las noches entre mis piernas las que significan amor, sino todo el proceso. El sol en tu cabello, la neblina con la que caminas al trabajo, los chicharrones que ya no comeremos, o los guisos que has aprendido a cocinarnos. Son tu esencia, son lo que hacen que te ame con el alma, con el cuerpo. La pérdida a veces es necesaria, a veces no

A veces creo en tus silencios y a veces me parecen la manera más lentamente dolorosa de morir. Hoy ya no muero de apoco. Hoy he enterrado las ganas, ha salido a relucir solamete el amor en su forma más pura. En la única forma que no me duele, que no escarva entre las comisuras de mi alma hasta engullirla.He visto el sol en tus ojos, cansados. He visto que el fuego que devoraba tus bosques era un espejismo de tiempos lejanos. Que no te crees tus cuentos y que hace falta que alguien más llegue para volver a contarlos. Hablar de ellos en voz alta, para darles un nuevo nombre. Un loop eterno mi amor. Del cual yo ya no quiero ser parte. La pérdida quizá sea mía, no volver a navegarte. Olvidar tus manías. Y no recordar como es que se puede caminar a tu lado sin poder evitar entrelazar las almas. He hecho el amor con tu ausencia. He hecho las pases con ella y me ha dejado tocarla. Me ha entregado tus secretos y los he confinado a vivir por siempre entre mis teclas engrasadas. Te guardo como las cosas que mi abuela guarda bajo llave. En el cajón de en medio de su ropero viejo. Te atesoro como aquellas reliquias que ella jamás me ha mostrado. Que a penas y se alcanzan a mirar bien porque siempre que abre aquel cajón, lo hace con mucho cuidado. No sea que se derramen sus secretos, que se escurran hasta el piso y de ahí sean imposibles de despegarse. O que alguna nieta imprudente cuestione la razón por la cual tiene específicamente aquellos objetos bajo llave. Se que ahí guarda lo que yo guardo entre mis teclas. Recuerdos remotos y sentimientos tan añejos que sería un pecado removerlos. Aquí te guardo, junto al fuego que me quemó el alma, los colores que me entrega mi hermana, las dudas que solo se convierten en más dudas, y tú. La pérdida que siempre será necesaria.