sábado, 25 de noviembre de 2017

Cuenta cuentos.

Habítame
Como el frío en noche de invierno
Como frío en desierto
Habítame con todas tus ganas
Apresuradas, devotas
Como presenciado un milagro

Habítame.
Y luego, quizá
Devorame desde las entrañas hasta lo etéreo
Contempla mi cuerpo hecho carne
Mis boca, alimento

Habítame
Que más vale vivir bajo el techo propio
Del cuerpo
Habítame desde la puerta hasta la cama
Hasta el alba
Después vendrán todos y nadié sabrá cómo habitarme
Habítame suave
O grita versos desnudos

Habítame rojo
Con cuentos de niños que nunca llegaron a viejos
Habítame enfermo
Suplicando al cordero que no muera por pecados ajenos.
Que quedan pocos hombres honestos
Más vale vivir por aquellos.

Habítame.
Habíta mis miedos
Devóralos por la noche, vomitalos como sueños
Y luego
Habítame.
Purgada de pecado
Curada de miedo
Como princesa de cuento
Hecha a imagen del deseo

Habítame sucia
Encorvada de noches que no fueron más que sueños
Que no viajan conforme al tiempo
El tiempo, que nunca es lineal
Que se desvía con cada recuerdo

Habítame.
Desde este que es poco más que un sueño
Que es mi recuerdo
Hablando con ellos que han decorado mis cuentos
Habítame verso
Que solo soy un cuenta cuentos
Que habla entre sueños con hombres despiertos
Habíta me.

martes, 21 de noviembre de 2017

Venus

Corre por tus venas, venus mía, la sangre calientita que un día se secará. Que tantas veces inundó la casa de olores a  hierro, o fierro como te venga en gana decirlo.
Quien ha dicho que la muerte es atróz? Quien la ha condenado a ser la hora del silencio, del desvelo y putrefacción?
He hecho homenajes vivos a tu cuerpo moribundo, a tus huesos que un día serán anónima evidencia de tu mortalidad. A tus cabellos, que se pudrirán con menos prisa que tu carne, a tus cabellos que serán tú único hilo para tejer universos en tu eterno, oscuro hogar.
Que se condene a la desgracia de la muerte quien no vea en ella la grotesca belleza de veinte uñas grises , la belleza de unos pechos perfectos perdidos entre un mar de costillas que nunca se apreciaron con admiración.
 Que se condene a la desgracia de la muerte quien se olvide que la muerte es tan o más perfecta que la vida. Que el cuerpo muerto cambia de color como un árbol con las estaciones, como la piel al sol.