lunes, 28 de noviembre de 2016

Se ha hecho noche.

El amor llega en oleadas de buenos momentos.
Llega y corre a esconderse porque conoce el peligro, sabe su peso.
Se esconde en el suave olor de su pecho, en el sudor de su espalda, en las sutilezas que no exclaman su enamoramiento.
 Se esconde entre las flores que nunca fueron entregadas, entre los deseos que nunca fueron pronunciados. Se aparta, se aleja.
Llega en la música que tocaba hasta que la pila de su computadora se agotaba. Que hablaba de cosas que no entendía del todo pero que al tocar se iban llenando de significado. Y todo esto está hecho a base de recuerdos que se tornan grises si no se alimentan de otros nuevos.
Así ha llegado el amor a casa. Ha subido por las escaleras que te marean si las subes de prisa, ha tocado la puerta y le he cachado asomandose por el pequeño hueco que hay en la puerta de mi cuarto. Su imagen me persigue todas las noches.
Lo he soñado todas las noches, y yo, experta en encontrarle significado al más insignificante sueño, no sé qué me he querido decir. Sólo sé que estoy enamorada, que mis manos conocen su piel desnuda, que mi boca se deleita al pronunciar su nombre. Sólo sé que el amor llega así.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

II.

<3 Tengo besos guardados <3

Hoy caminé con ganas de ser invisible. Me pesa demasiado caminar con rumbo. Me pesa ser una pieza del gran engrane de la maqina que nos devora. Me pesa ¿por qué?
Entender que estás en ello inmersa, es entender que lo estás. No hay otra manera de proceder. O eres rojo o eres azúl. La satisfacción recae en ser o azúl o rojo.
Yo creo que ambas son legitimas.
Yo sigo en ese cuarto. Sin poderme decidir.
Engañándome, sin querer satisfacerme.
Soy yo, rebelde contra cualquier decisión.
Insistente en vivir entre "algo".Porque en medio es ninguna parte. No he logrado sentirme de alguna parte. Esa es mi "alguna parte". Rebelde en contra de todo, por el simple hecho de ser un destino. Por el simple hecho de ser más interesante estar en el limbo, en una situación de movimiento.
¡GAH!
Es absurdo y lo sé. Es absurdo mover con pinzas cada acción para "entenderla". Pero a su vez, esto me da satifacción.

<3 Besos que no tienen otro destino que tus labios. 
Tengo tu chamarra para aguardar el frío. He puesto las manos en los bolsillos, más allá del frío, por la necesidad de sentirte acobijandome por el camino. He tocado dentro del bolso derecho un encendedor. Lo saco y sonrío. Huelo el olor a cigarro y café sobre tu barba. ¿A quien no le gustará el olor a café y cigarro? Me es inconcebible, se ha hecho mi olor favorito. <3

Me da satisfacción el caos. Sentarme a desafiarlo, tomar un café negro y mirar hacia el abismo. Pregntandome en qué momento se deshacen las palabras, hasta convertirse en un poco menos que nada. En qué momento las cosas se establecen y ahi se quedan, estáticas. No me siento cómoda así. El caos es necesario, debe haber manera de conversar y darle movimiento a lo que se ha estancado.


<3 Te he mantenido despierto
Te he mirado a los ojos y he dicho lo hermoso que eres. 
Lo sigo repitiendo. Me has deslindado de la carga de ser un engrane. Me has dado identidad y has hecho que me asuma como individuo ante la vida. He dejado de sentirme en un completo sinsentido, he creído en el ritmo de tu vaivén. He creido en el vuelo que se toma al volar contigo, con todo lo que conlleva, con las caídas y los raspones en las rodillas. He vuelto a ser niña. He visto en tus ojos la pena y la desdicha. He visto en ellos también los mares, el cielo estrellado, el orden perfecto en el cual se situa el caos. He caído tantas veces y podría caer mil más; en tu vuelo o sin él, pues me has dado alas fuertes. Me has hecho crecer. Me has incitado a darle respuestas a mis preguntas sin respuestas. Me has hecho visionaria de lo que fuí sin apartarlo de mí. Te he mantenido despierto tantas noches, con sombra noctura eres frágil. Con palabras eres demasiado frágil. He dejado de insistir en que sean empleadas, sé que obras mejora sin ellas. Y sin depender de ellas fluyen de manera perfecta. Te he mirado a los ojos un ciento de veces y cada vez eres distinto, caos en su expresión humana. Me encantas cada vez. Me muero entre tus ojos cada vez que me sonrien. Me desdoblo como quien busca saber dónde, cómo fueron hechos sus pliegues. Aquellos que la han hecho, que la siguen haciendo pero que son identificados. Son pliegues y están a la vista. Pueden ser doblados, pueden ser desgarrados, pero tú, los has besado.  <3

lunes, 14 de noviembre de 2016

Hombre

La sensualidad de la mujer me enloquece.
Me da conciertos por las noches, que entonan notas negras
Como la piel de las morenas.
¿Y quien podría decir lo mismo de la sensualidad del hombre?
¿Quien ha escrito acerca de la manera en que imponen al caminar?
Del vaivén de su abdomen al hacer el amor.
De su pecho encendido, de su voz ahogada.
De su delicadeza al apartarte el cabello de la cara y besarte;
De sus miradas constantes.
Él, merece tanto elogio como ella.
Y se lo doy,
Hoy en palabras.
Mañana en caricias.
En homenajes vivos, en homenajes quedos.
A él.
Cráter de dudas, tormentas de voz.
Como cuentos de noche.
Como la nieve alumbrada por la luz de luna.
A él que ha hecho de la vida un rocío.
A la mujer, una aurora.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Astilla.

¡Hay!
A diferencia de la palabra que se cuela en mi alma,
ésta parece traer con ella un matíz agógico.
Pone el toque inicial y deja a mi mercéd la ejecución.
Hay por dónde moverse.
Hay por dónde andar.

Cuantos besos quedan por rozarte el alma,
Cuantos segundos hay entre hoy y la eternidad.
¡Tantos!
Y hay más a cada afirmación.
Cada camino que cumpla con la promesa de andar, es posibilidad.

Hay y es una certeza que habrá.
Tomemos caminos, sólo así el andar existe.
A cada paso se reafirma el camino.
Porque hay camino.

martes, 8 de noviembre de 2016

...


Imagen: Paul Cava
De la colección: "Children of Adam"



Hoy me he hecho parte de él,
él parte de mí.
Hoy sello mis besos con la forma de sus besos.
Entrego mi alma al mismo viento que lleva a su alma,
entregada al vuelo.
Vuelo.
Con alas igual de fuertes que el viento cuando sopla con decisión.
Y hoy sopla con decisión.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Cuatro, quizá tres.

Cuéntame las lineas de las palmas de las manos.
Dibujame nadando entre ellas, guiada por la corriente de tu voz.
Cayendo por los caudales que se forman cuando me grita que el camino se termina,
que no hay más.
No termina en una cascada, tampoco termina en salida al mar.
El río termina abruptamente, rodeado de dudas y arrepentimientos.
Formula perfecta para la indecisión.
Sigo nadando, empujando contra las paredes de las dudas,
Lloro sin saber qué procede, estoy atrapada entre dos grandes interrogantes.
En medio de llanto estalla una carcajada que insiste en quedarse.
Hay suficiente humedad rodeando mi cuerpo,
No necesito más escurriendo de mis diminutos ojos.
Mis mejillas enrojecidas me dan aspecto de niña.
Sé que debería cerrar los ojos y regresar a casa.
Lo intento, choco los tobillos y pido con todas mis ganas estar en casa.
Así, como lo hizo Dorothy.
Y como a ella, no me funcionó.
Seguía ahí, flotando.
Ya nisquiera nadaba,
¿Me dibujaste?
¿Seguiste mi andar por las lineas que no te has atrevido a dibujar?
Seguí. Insistí en derrumbar las dudas con estas palabras como arma única.
Iba semidesnuda, no tenía a la mano más que mis palabras que escupían casi literales mis sentimientos.
Se ahogaban, me ahogaba.
No quería ya estar en casa.
Quería disfrutar de la belleza que me rodeaba.
Que terminara en cascada o salida al mar, pero no en paredes.
Nunca en paredes.

martes, 1 de noviembre de 2016

La chica bonita.

Imagen: Jenny Keith, 2011
The pretty girl.



Han comenzado a picarme las manos.
Ha comenzado a darme un escozor por todo el cuerpo, tan fuerte que he tenido que desnudarme.
He tenido que vaciar mis fuerzas en el inútil placer de rascarme el cuerpo, hasta rasgarme la piel, como ha sucedido antes; hasta que la sangre escurrió de apoco, gota a gota... como ha hecho antes.
La diferencia, es que esta vez la sangre no cesa. El escozor no cesa.
El placer mantiene a mis uñas enterradas entre mi piel, con suaves movimientos de arriba a abajo, de lado a lado, hasta convertirse en movimientos caóticos que no saben hacia dónde moverse más. Que fracasan en hacer que el picor cese. Y si cesa es porque se ha convertido en ardor, en dolor.
Y ya no sé cuál agobia más, cuál agobia menos; cuál es cual.
Pequeño cuerpo que se desdobla a la tonada que le toca la mente. Rebelde cuando sólo sus pies, desangrados, son los que logran hacer contacto terrestre.