viernes, 27 de marzo de 2015

Y así...

Nunca me han complacido las respuestas caprichosas que le suelen dar a aquellos con preguntas que les queman la lengua.
Respuestas infértiles que solo agotan el pobre vocabulario que se tiene.
Que al igual, agotan la sed de verdades.
Estas se vuelven tímidas, seguras.
Pisos firmes sobre cual pisar, cuando no se tiene por dónde andar.
Cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío.

lunes, 16 de marzo de 2015

Me aviento de frente al tiempo... pierdo... pero, para mi mala suerte, no muero.

Muero lento, más lento que nunca. Desde el día que vi que perdieron el brillo mis ojos desde el reflejo en los tuyos. No hay mucho que pueda decir, no sea que mis palabras escurran de entre mis labios como lluvia que va río abajo, sin propósito pero con cause. Hay palabras que no valen ser pronunciadas, otras en cambio arrebatan su honor a quien esté dispuesto a cuestionarles.
Tu amor me envuelve, me llena, me da luz y voz.
Y con tu presencia perdida de vista, con mi corazón entregado de regreso de donde lo dispuse a ser guardado, muero lento.

Partidas.

En cualquier otro momento habría escrito un millón de cosas maravillosas. Hoy escribo solamente las más maravillosas, a su lado. Hoy que se han ido, que se borran de a poco como pudiese borrarse cualquier cosa escrita sobre la arena.
Lloro.
Y sonrío también.
La noche, como las últimas noches se ha convertido en insomnio. Parecen lejanas las noches sumergidas entre su pecho, guardada del frío que existe en cualquier lugar que no sea aquí, ahí... entre su pecho.
Lloro.
Sin duda sonrío también.
Cuestiono la voz que sale de entre mis labios. Parece ajena. Y su voz, perfecta, se posa sobre mis recuerdos, paseándose por las preguntas que duelen y titubeando por las respuestas que nunca se lograron dar. Hay voces para cada recuerdo, cada beso, cada caminata, cada cena, cada momento de placer.
Lloro.
Y sonrío también.
Sin duda es una sonrisa muy grande, a la que le llueven las lágrimas que sienten la obligación de ir de su mano.

martes, 10 de marzo de 2015

Para no pelearte esta noche, me desnudé acomodándome entre los cojines. Teniendo especial precaución de no tocarte de más, que tu ausencia es frágil y mis manos, mi amor, pesan. 

viernes, 6 de marzo de 2015

Lloro en silencio, sin lágrimas. Mi pena es la misma. Y realmente no es mía. Es del agua y de las risas que no se han podido unir. Que han llorado, se han secado pero no dejan de fluir. Le falta dueño, viene y se va. Gitana.

domingo, 1 de marzo de 2015

En el cerro de la serpiente...

Hay días en los que la vida parece pasar con olor a rosa.
Hoy no es uno de esos días.
Hoy huele a flor de muerto.